Ahuyenta mis latidos, corta con mis miedos
Mi sangre se derrite, aumenta tu recelo
Las venas no se esconden, intuyen su sendero
Dile al llanto que no grite,
Háblame de los extremos,
Mis dos cristales mojados
Conmemoran tus lamentos
Con el filo de mi diente, saco la inerte crueldad
Y afilo su tenue, fina y recta maldad
La incisión que me provoca no supera la realidad
Son tus puntadas las que me matan
Atormentadas en su inmensidad
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