No es más que un silencio que te vacía
A la cual regalas tus otoños,
Mientras yo recuerdo tus alegrías
No termina de manifestarse
El contacto de mi polo con tu ira,
Saltan chispas por un burdel
Como si fuera una canción de Sabina
Y te envío postales de Roma
Aunque sé que no las miras,
Por no ver cómo se desploma
mi cuerpo empujado por las minas
Ella ríe mientras tú no lloras,
La magia que esgrime
Te acorta las horas,
Intuyo tus paso por el corredor de miras
Acabando con lo inerte,
Presente, pasado y mentiras
Tú, tu inexistencia armoniosa
Ella, su figura y guillotina